Los pasamos en la sierra con toda la familia (abuela, bisabuela, tíos, primos...) y yo con mucho ánimo empaqueté todos mis útiles de pastelería.
La idea era hacer dos tartas, por lo que quería que los bizcochos no fuesen muy grandes. Estuve buscando como loca unos moldes de 18cm que fuesen desmoldables y algo altitos, o desmoldables y altitos pero que no costasen un dineral, y a ser posible antiadherentes... misión imposible. Finalmente decidí arriesgarme a ver lo que tenía mi abuela en la sierra.
Obviamente con tantísima gente en casa debería haber sido fácil que pudiese hacer mis tartas. la idea inicial era hacer una de chocolate rellena de frambuesa y ganache de chocolate y recubierta de chocolate, y otra con el bizcocho del Red Velvet, sin colorante, rellena de mermelada de fresa y buttercream de queso.
Después de darle unas vueltas decidí hacer dos mitades, cada una con uno de los rellenos que tenía en mente para que cada uno tuviese su tarta especial. Ésta parte se me dió mejor y quedó una tarta bastante bonita, hasta que los niños empezaron a meter el dedo, la nevera se había roto y tuve que meter la tarta como pude en el congelador haciéndome hueco entre mil cosas....
Total, que el resultado fué éste:
Mis chicos soplaron las velas encantados y la tarta duró medio asalto:
Esperemos que la próxima vez la pueda preparar con calma y además de rica quede bonita.
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